De cada 100 peruanos que trabajan, 70 lo hacen informalmente –para empresas informales o formales sin ningún tipo de contrato–, 20 lo hacen con contratos a plazo fijo y 10 están en planilla. En la población joven, estos 10 se reducen a dos. Es decir, solo dos reciben el paquete completo de los “beneficios laborales”: 30 días de vacaciones, dos ‘gratis’, CTS y acceso a Essalud. Dada la rigidez de nuestra legislación laboral (una de las más inflexibles) y la de- saceleración de la economía, estas cifras se mantendrán por un tiempo. La ‘ley Pulpín’ era una válvula de escape que hubiera permitido a muchos de ellos acceder a un trabajo formal y capacitarse. Su productividad y su CV hubieran sido otros; y su empleabilidad, mayor. No lo entendieron así, tampoco una oposición que mira el 2016, y menos el sector radical que admiraba a Hugo Chávez y su delirante modelo. Una pena.
Autor: Gianfranco Castagnola, Presidente Ejecutivo de APOYO Consultoría
Fuente: Perú21