El debate sobre la afiliación obligatoria de trabajadores independientes al Sistema Privado de Pensiones ha derivado en otro, donde se cuestiona las bondades de este, usando argumentos falaces. La historia económica reciente muestra que los esquemas de capitalización individual –donde la pensión depende del aporte de cada uno– son superiores al de uno de reparto –donde inevitablemente se producen subsidios intergeneracionales y, cuando se voltea la pirámide poblacional, como en Europa, resultan insostenibles–. El reto del sistema peruano es su cobertura, que es muy baja. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con el esquema de capitalización individual, sino con la inmensa informalidad que prima en nuestro mercado laboral. Igualmente, si las pensiones de una parte de la población son bajas, puede debatirse la conveniencia de complementarlas con un subsidio. Pero este debe provenir del tesoro público. Es decir, debe competir con otras necesidades de la población.
Autor: Gianfranco Castagnola, Presidente Ejecutivo de APOYO Consultoría
Fuente: Perú 21