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Entrevista a FOZ: “PPK es, en el fondo, un progresista de los sesenta”

Felipe Ortiz de Zevallos (FOZ), presidente del directorio de Grupo APOYO y fundador de SEMANAeconómica, conoció a Pedro Pablo Kuczynski (PPK) a finales de la década de los setenta. FOZ había ya publicado el primer número de Perú Económico, y PPK, en ese entonces profesor del Departamento de Economía en la Universidad de Pittsburg, había escrito Peruvian democracy under economic stress, un balance de la gestión económica durante el primer gobierno de Fernando Belaunde.

La primera aproximación de estos jóvenes treintañeros se dio por afinidades profesionales. Ambos estaban interesados en conocer al detalle la realidad económica del Perú, y ambos, desde distintas trincheras, trataban de llenar vacíos académicos.

Se conocieron luego de que PPK leyera Perú Económico, llamara a FOZ, lo felicitara por su trabajo y le prometiera que, la próxima vez que estuviera en Miami, le regalaría pasajes ida y vuelta a Pittsburg para conocerlo. Cuando finalmente se dio, ese fin de semana lo pasaron conversando sobre la economía peruana. Desde ese entonces, han cultivado una amistad que se ha sostenido por casi cuarenta años.

A un mes de la toma de mando, FOZ analiza las fortalezas y debilidades de su amigo.

¿Cuál fue la primera impresión que obtuvo de PPK?
Era un hombre muy multifacético. Había escrito un libro propio de un académico, había sido jefe de planeamiento del Banco Mundial y, en ese momento [1978] en Pittsburg, estaba de presidente de una empresa de aluminio que tenía un proyecto en el África. Era alguien con una habilidad múltiple.

PPK siempre ha tenido una preocupación por el Perú. A pesar de haber estado en cargos internacionales y en el sector privado, siempre ha estado muy interesado en lo que está pasando aquí.

¿Cómo definiría políticamente a PPK? ¿Le queda la etiqueta de ‘neoliberal’?
Él, en el fondo, es un liberal, un progresista de los sesenta. Esa fue la época en la que se creó el BID y se empezó a desarrollar el Banco Mundial. El debate de neoliberal y neoconservador viene después con [Ronald] Reagan, en los ochenta.

Él, en el fondo, es un gran pragmático. No tiene una gran preocupación principista, sino de los equilibrios fundamentales que deben haber en toda economía. Su formación ha sido la de analizar los problemas, encontrar una manera de resolverlos y ser eficiente.

¿PPK también es un liberal en temas sociales?
Hay [diferencias entre] lo que opina interiormente y lo que es parte de su programa político. Cuando uno hace un programa político, hace uno para ganar las elecciones y manejar un gobierno. Que él sea muy conservador socialmente, no creo. Digamos que convive con todas las formas modernas de presión personal hoy en día.

¿Qué gana el Perú teniendo a PPK como presidente?
FOZ saca de su abrigo el CV de Kuczynski, un resumen de cuatro hojas, y empieza a leer.

PPK ha sido socio de grupos empresariales, presidente de fondos de inversión, director de empresas en Chile, Japón, Taiwán, Estados Unidos… Ha trabajado en el Banco Mundial, en el BCR. Ha sido ministro, premier, profesor de economía. Ha escrito unos seis libros —Respuestas para los 90 conmigo—, y artículos académicos. Tiene cuatro publicaciones en Foreign Affairs.

En realidad, hay pocos peruanos que tienen este currículum. En noviembre viene la APEC, viene Obama, viene el presidente de China. Un gobierno de PPK, con la experiencia que él tiene, puede proyectar una buena imagen internacional del país.

Pero tiene un perfil más técnico y no tan político, ¿verdad?
Lo que hasta ahora PPK no ha hecho, y que no está en este currículum muy potente, es un ejercicio eficaz de estrategia política integral, porque recién como candidato empezó a perfilarla. Y en realidad, una cosa es ser candidato y otra, gobernante.

Como él es muy autoseguro, muy confiado en su capacidad de ver y conseguir cosas, el único riesgo que yo vería es que considere que eso le basta. Como él es alguien que ha sido muy exitoso logrando cosas, ahora siendo presidente debe plantear una estrategia política que le sería muy importante de cara, por ejemplo, a los veintitantos gobiernos regionales y al propio Congreso. Puede tender a manejar las cosas, una por una, y se le puede acumular todo, cuando en realidad puede dedicarle tiempo a la precisión de una estrategia política, y delegar en función a esos principios que ha establecido.

Debería asegurarse de tener operadores políticos, entonces.
PPK no maneja el mundo político a nivel de campaña. El mundo político lo maneja a nivel de que él es ministro y tiene que conseguir que el Parlamento le apruebe la ley. Entonces, él va y explica y tiene todos los puntos en la cabeza, y convence al resto. Por supuesto no es tímido; es proactivo.

No tiene una formación política en el sentido de que si uno le pregunta cuáles fueron las diez cosas mejores y peores del gobierno de Fujimori, Toledo, García… Lo puede desarrollar pero con una visión más macroeconómica, no tan sociocultural. Ahí creo que rodearse de operadores políticos le puede servir de mucho.

¿Su viaje a Estados Unidos en plena campaña refleja cierta desconexión con el escenario político en el Perú?
La ventaja que tiene es que aprende rápido. Él mismo ha dicho que si hubiese sabido que eso le iba a costar, no lo hacía. Él también tiene su estilo. Van a tener que pasar dos o tres meses [para pasar] del Kuczynski candidato, que tiene que bailar, al Kuczynski presidente.

Kuczynski presidente responde bien las preguntas, reconoce errores y, cuando mete la pata, lo dice.

¿Identifica alguna otra característica de PPK que le podría jugar en contra?
Creo que es una persona singularmente entrenada y educada para poder cumplir una función de Estado. Las funciones que hasta ahora ha cumplido han sido más tecnocráticas y no tan políticas. Esto es un desafío medio nuevo para él. ¿Cuán bien lo puede desarrollar? Creo que no se hubiera lanzado a la presidencia si no creyera que lo puede hacer bien.

En las elecciones de Estados Unidos, ¿por quién votaría PPK?
Votaría por Hillary Clinton, sin duda. Hubiera votado por un republicano, de repente. O sea, si mañana el candidato republicano fuera [Gerald] Ford o alguien así, eventualmente podría votar por algún republicano. Pero entre Hillary y Trump, votaría por Hillary de todas maneras.

 

Por Barbara Salas
SEMANAeconómica

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