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El salario mínimo actual es excluyente

El salario mínimo (SM) es un instrumento útil para evitar que un empleador con mucho poder de negociación imponga salarios por debajo del nivel de productividad de sus trabajadores. Por eso es usado por la mayoría de países en el mundo. Sin embargo, si el salario mínimo se fija en un nivel alto, resulta perjudicial y, paradójicamente, afecta a la población que busca beneficiar.
Lamentablemente, esto es lo que pasa en el Perú. El nivel actual del salario mínimo es elevado, considerando lo que la gran mayoría de micro y pequeñas empresas pueden pagar, debido a sus bajos niveles de productividad. Fijar el SM por encima de la capacidad de pago de las empresas lo convierte en un serio obstáculo para la generación de puestos de trabajo formales y excluye así a millones de trabajadores de beneficios laborales básicos, como seguro de salud, derecho a pensión y vacaciones. Adicionalmente, la metodología de actualización del salario mínimo del Consejo Nacional del Trabajo puede agravar esta situación, ya que no toma en cuenta el nivel de SM del que se parte ni tampoco las enormes diferencias de productividad de las empresas según tamaño, sector económico o zonas del país.

Si estos problemas no se enfrentan y corrigen, la discusión sobre el SM seguirá siendo dominada por las posiciones políticas y permanecerá divorciada de la realidad de las micro y pequeñas empresas peruanas. Como consecuencia, el mercado laboral seguirá dividido en dos: por un lado, los cerca de 3 millones de trabajadores formales, mayoritariamente calificados y limeños, que gozan de todos los beneficios de Ley y que ganan 2000 soles en promedio. Por otro, los más de 8 millones de trabajadores informales, generalmente no calificados y de provincias, para quienes no hay Ley que los proteja, ni beneficios laborales, y que en promedio ganan 750 soles al mes. El salario mínimo es la barrera entre ambos mundos, y aumentarlo alejaría aún más a cerca de 8 millones de trabajadores de un puesto formal, para beneficiar a menos de 400 mil trabajadores que ya son formales y ganan el salario mínimo actual. El salario mínimo es la barrera que separa ambos mundos, beneficia a quienes están mejor y aleja de un empleo formal al resto.

Por eso la metodología de actualización del SM tiene que mejorar para aliviar la problemática descrita. El primer cambio consiste en actualizar el salario mínimo de manera diferenciada: por un lado, micro y pequeñas empresas y, por otro lado, las empresas medianas y grandes. El segundo cambio implica que al momento de actualizar el salario mínimo, se tome en cuenta el nivel de los salarios de mercado observados en cada uno de los dos segmentos mencionados. Así, solo se aplicará un aumento cuando el salario mínimo sea menor al 50% del salario promedio en cada segmento de mercado. Los cambios propuestos están en línea con las recomendaciones de la OECD y de la OIT (Recomendación N°135 y Convenio N°131), y pueden implementarse en el corto plazo utilizando información de las encuestas a hogares del INEI.

La aplicación de los criterios propuestos dejan claro que no se justifica un aumento del SM para las micro y pequeñas empresas. Para el caso de las empresas más grandes, sí se debe evaluar un incremento técnicamente sustentado. De implementarse los cambios propuestos, la metodología de actualización del salario mínimo ayudará a que poco a poco, este deje de ser una barrera que aleja a millones de trabajadores de empleos con derechos laborales básicos.

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[1] Este es un extracto del documento “Propuesta para mejorar la política de salario mínimo en el Perú” que estará disponible en la página web de APOYO Consultoría.

Autor: José Carlos Saavedra, jefe de análisis macroeconómico de APOYO Consultoría
Fuente: Revista Poder 360

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