La economía ha crecido a una tasa promedio de 1.5% en los últimos cuatro meses. La confianza empresarial sigue en niveles bajos y la mayor preocupación parece centrarse en la debilidad de la demanda interna. El Banco Central de Reserva ha bajado dos veces la tasa de referencia y el gobierno ha dado un impulso fiscal vía mayor gasto, aunque las dificultades de ejecución le han restado eficacia. El panorama internacional se complica: la tensión Occidente-Rusia y la irrupción del Estado Islámico le pasarán la factura a la incipiente recuperación de la economía mundial. Si queremos crecer a tasas mayores a 4% –más allá de los efectos de una sola vez que genera la entrada en operación de proyectos mineros–, el gobierno tiene que ser audaz. Una combinación de flexibilización del mercado laboral, shock de simplificación administrativa, revisión del proceso de descentralización y mayor dinero en el bolsillo de los ciudadanos vía reducción temporal de impuestos podría reanimar la economía.
Autor: Gianfranco Castagnola, Presidente Ejecutivo de APOYO Consultoría
Fuente: Perú 21