La agenda global futura estará determinada por el cuándo y el cómo del proceso en curso de realineamiento de fuerzas. Un análisis reciente del Pew Research Center, comentado en The Guardian Weekly, recoge la opinión pública mundial respecto del reacomodo internacional de poder.
La mayoría, especialmente en Europa, considera que “China eventualmente reemplazará, o ha reemplazado ya, a EEUU como la primera potencia”. La encuesta no preguntó sobre si eso era visto como bueno o malo, ni sobre cuándo se haría efectivo. El 59% de los ingleses y de los alemanes respondió con “sí” a la pregunta; el 66% de los franceses y el 60% de los españoles. Sólo en Polonia, la mayoría opinó que “no”.
En China, el 67% estuvo de acuerdo y en Corea del Sur, el 59%. Pero en Japón y Vietnam, sólo el 20% y el 18% respaldaron el enunciado. En África, el 47% opinó que “sí” (contra el 33% que discrepó) y el “sí-no” en América Latina fue 49% contra 35%. En EEUU, los que creen que su país perderá el liderazgo mundial ante China suman 46%, contra un 48% de aquellos que siguen creyendo que mantendrá la primacía. Éste es un tema crítico de debate para la campaña electoral norteamericana del 2016.
Hace dos o tres años, sin embargo, las encuestas favorecían a China todavía más que ahora. Si la caída del Muro de Berlín constituyó el instante cenit respecto del liderazgo de EEUU en el mundo, la crisis financiera del 2008 marcó un valle en su imagen ante la opinión mundial. China pasó a ser vista así como la gran ganadora futura. Ahora, las noticias han cambiado de sentido. La economía de EEUU viene recuperándose algo y la de China, en cambio, presenta incertidumbres significativas que pueden complicar su presunta estabilidad.
La mayoría global ve a China favorablemente: 55% del total (¡que en África se eleva a 70%!) contra un 34% que la observa con recelo. Pero la percepción relativa de EEUU aún sigue siendo mejor en Asia, América Latina y Europa.