Un equipo de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología procesó un conjunto amplio de estadísticas sobre el estado físico de personas, relacionándolo con los registros específicos de su respectiva mortalidad. Concluyó que, sobre la base de las respuestas a unas cuantas preguntas simples, cualquier persona puede estimar sus probabilidades de muerte prematura por razones cardiovasculares. Incluso ha diseñado un calculador simple (en la página web del título) para estimar la edad referencial (del estado físico) de cualquier persona.
Se utilizó como muestra el íntegro de la población adulta sana de un importante condado de Noruega que, en 1984, contestó las preguntas de este calculador. Luego se rastreó la evolución de cada persona en la muestra, para determinar quiénes habían muerto de una enfermedad cardiovascular.
A un eventual profesional ficticio con 50 años, 1.75 m de estatura, 9 k de peso, que usa pantalones talla 38 y hace ejercicio moderado una vez a la semana el calculador le indicará que su edad física real es de 62 años. En cambio, si su peso fuera de 72 k, usara una talla 32 e hiciera ejercicio intenso por más de 30 minutos todos los días, tendrá una edad física equivalente a la de alguien de 25 años.
Este calculador, según el FT , resulta muy efectivo para impulsar cambios de hábito que permitan bajar la edad referencial física por debajo de la edad real del calendario.
Algunos cuestionaron si la información cardiovascular de una población relativamente homogénea como la noruega podía proyectarse para ofrecer estimados válidos para las personas de otros países y continentes, donde los genes y patrones de alimentación son muy distintos. El Dr. Ulrick Wiloff, director del equipo, afirma que sí, que la data resulta bastante representativa para cualquier parte del planeta.
¡Así que uno debe calcular su edad física referencial y hacer lo posible por mantenerla en el tiempo lo más posible!