¿Son Yahoo y Google buscadores digitales? Y Facebook y Twitter, redes sociales? En realidad las cuatro empresas son de Big Data. La denuncia de Edward Snowden, permitió tomar conciencia de que el sistema de seguridad de EEUU ya hace uso de la data de estas empresas para su sistema de espionaje y para combatir el crimen.
Un reciente informe de IBM revela que al día se crean cerca de un trillón (un uno con 18 ceros) de bytes de data. Y del total de la data en el mundo: mensajes de teléfono, tweets, transacciones de tarjetas de crédito, videos en red, etc.; el 90% ha sido generado en los últimos dos años. Se estima que, para 2020, el número de bytes será similar al número total de granos de arena que existe en todas las playas del planeta…multiplicado por 60!
El objetivo más obvio del Big Data es predecir lo que las personas pudieran desear antes de que efectivamente lo demanden. El análisis de data sirve para multiplicar la eficacia de la publicidad. Es lo que hace Amazon. Pero el análisis de data tiene aplicaciones en la ciencia, en la salud, en las finanzas. El Big Data puede reducir los costos y mejorar la eficiencia en muchas áreas.
Hay, por ejemplo, un nuevo software Eureqa que permite descubrir las relaciones matemáticas en sistemas complejos de data. Al analizar los movimientos caóticos en un doble péndulo, a Eureqa le bastó pocas horas para deducir la Segunda Ley del Movimiento de Newton. Dicho software ya ha sido usado desde para construir mejores aviones de combate hasta para ayudar a salvar la vida de infantes con limitaciones.
La Era del Big Data ya llegó. No será fácil volver a meter al geniecillo en la botella. Algunos de sus promotores esperan que el data mining pueda convertirse en una fuerza transformadora que contribuya al mejoramiento de la condición humana, así son de optimistas; de otro lado, su poder puede resultar tan subversivo y tóxico que puede volver casi inevitable una dramática erosión de la libertad y de la privacidad.